Estimado Enrique, te escribo estas líneas a sugerencia de Mónica Cullucar, para compartir contigo un hecho a propósito del querídisimo Janan y el blog en su recuerdo.
Tuve la bendición de conocer a Janan hace mucho tiempo, trabajando en Nativ (escuela de madrijim en Montevideo) y entablar con él una infinitamente enriquecedora relación como sólo Janan sabía promover y que me marcó profundamente como a otros muchos de los que por suerte pude saber algo a través del blog. Idea brillante y fiel al espíritu de tan querido amigo y maestro, amante de toda forma de expresión de comunidad, gracias a la cual pude compartir con otros desde Montevideo el dolor por su partida y evitar así lo que hubiera sido un duelo tremendamente solitario.
Ayer luego de un contacto con Mónica volví a entrar al blog y me encontré para mi sorpresa con el texto de inicio sobre ser adulto.Al principio quedé totalmente desconcertado al reconocer un texto que había escrito hace muchos años y que había intercambiado con Janan en una de sus visitas a Uruguay y que seguramente quedó traspapelado entre sus cosas. Es que muchas veces con su generosidad y entrega característica, Janan dedicaba horas y luego mails a ayudarme con sus profundas críticas y sugerenciasacerca de texto que yo le iba enviando.
Así era él, un maestro. Así fue marcando mi vida, de forma esporádica pero siempre presente a través de los años.Pasados unos minutos, y con ellos el primer impacto, al releer el texto en el blog, me embargó una profunda emoción. En el texto de al lado había una referencia a como uno sigue viviendo en lo que transmitió a los otros. Si ha y algo que tengo claro es que JAMÁS hubiera escrito ese texto si no hubiera conocido y aprendido de Janan. Muchas veces antes estuve por escribir al blog y nunca me decidí a hacerlo. No sabía como homenajear a Janan, ni como agradecerle lo suficiente. Las palabras quedaban siempre escasas. Finalmente se dio esto.
Supongo que alguien escuchó algo de Janan en mi escrito. Me llena de orgullo y de alegría. Se confirma, como diría Janan, que uno transmite lo que hay de vivo en uno y que lo que uno transmite sigue vivo. Que se haya dado así no deja de ser un homenaje, porque ese texto también es de Janan.Enrique, en lo que a mi respecta no hace falta que modifiques la autoría en el blog, pero si por razones de algún orden decidieras hacerlo, me gustaría que figura como un texto compartido. Lo dejo a tu criterio.
Abrazo